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lunes, 6 de enero de 2014

EL PARTIDO DE FÚTBOL

Decidieron jugar un partido de football (en mí pueblo fútbol) la cosa surgió del cerebro de Don Dinerín. El caso es que no podían ponerse de acuerdo entre ambas partes, casi siempre en litigio. El equipo de los trabajadorinis, estaba con ganas de echarle en cara a Don Dinerín el que se preocupara tan poco por ellos y por eso eligieron el campo de Pe-peladillas que llamaban unos, mientras los otros , lo llamaban Pepe-ladillas. A la derecha empezaron a formar los del equipo de Don Dinerín, todos ellos con bonito equipo encargado al modisto de moda, Don Versalles del Puntín. Mientras en el equipo de los trabajadorinis, cada cual, se las arregló como pudo y formaron a la izquierda (del campo). Desde hacía mucho tiempo, las diferencias entre ambos partidos, las arreglaban de la misma manera, si ganaban los trabajadorinis, Don Dinerín, en un gesto altruista que le honraba, subía el salario a los trabajadorinis y si ganaban los de su equipo, los trabajadorinis, se apretaban el cinturón y esperaban el próximo partido que se celebraría dentro de seis meses (como siempre). A la hora del partido y sin que nadie los hubiera invitado, aparecieron en el campo (y tomaron posiciones) unos no deseados coparticipes, ellos dijeron que venían en representación de no sé qué cosas, pero se situaron cada uno a un lado del campo, mientras los que dijeron ser los que iban a poner las condiciones del partido (los banquerinis) ocuparon justo el centro. Antes de que diera comienzo el partido, los del gobiernini (todos ellos con la ropa de trabajo negra) pidieron a ambas partes, que dejaran lo que llevaran en el bolsillo (para evitar daños) los del trabajadorinis, sacaron hasta la última calderilla que tenían, los del equipo de Don Dinerín, dijeron que como ellos no usaban calderilla... Los Sindicalistos, se ubicaron a la izquierda del campo y dijeron que tan sólo por unos miserables dineros, velarían por la limpieza y pureza del partido. (Y mientras esto hacían, tomaban las posiciones al lado de las taquillas y del palco presidencial, para que no se perdiera "detalle"). Hasta ese momento, siempre habían ido bien las cosas, pero los banquerinis, empezaron a decir que tenían que cobrar intereses por su trabajo y por la responsabilidad de tener el dinero en sus bolsillos, así, cuando terminó el partido y los del trabajadorinis fueron a buscar su calderilla, se encontraron con que había pasado a ser propiedad de los del gobiernini y de los del banquerini, quienes entre ambos se hicieron un reparto equitativo (ninguno salió perjudicado) si bien los banquerinis, prometieron a los del trabajadorinis, que a partir de aquel momento, los atenderían de manera muy "preferente". Al parecer, los Sindicalistos, no quedaron satisfechos con el reparto que se hicieron entre los del gobiernini y los del banquerini y se fueron a hablar con los del trabajadorini, que todavía no habían salido de su asombro y a los que convencieron para hacer una huelga en contra de las malas artes de Don Dinerini y sus ayudantes. Don Dinerini, trató de hacer ver a los del trabajadorini, que él, no había tenido nada que ver con todo aquello y que si por unas causas o por otras, a él no le era rentable el trabajo hecho en el pueblo, se llevaría su industria dos pueblos más arriba y que allí el trabajo se lo iban a hacer más barato y sin problemas. Los del trabajadorinis, tenían la mosca detrás de la oreja, esto parece un contubernio judeo-masónico y si la cosa, no se aclara pronto, nos tiraremos a la calle, a defender el pan de nuestros hijos. Incitados por los Sindicalistos, aumentaron las afiliaciones al sindi-coto, los dirigentes, empezaron a dar señales de opulencia, allí cerca de la sede, pusieron un mercado donde las langostas se pagaban a precio de oro. Los del gobiernini, vieron que los sindicalistos hacían caja y decidieron aplicar la técnica de sus inferiores y empezaron por subir los precios, luego los impuestos, a continuación, privatizaron el país y cuando ya no quedaba nada para exprimir, vieron a aquella pobre vaca paciendo cerca del campo de futbol del Pe-peladillas, también conocido por Pepe-ladillas. Con el pobre animal, hicieron la prueba que tenían pensada para con los del trabajadorinis, le metieron una goma por la puerta de atrás, pensando que así saldría toda la pasta a la vez y se podrían ir con la música a otra parte, pero al parecer, aquello era como la gallina de los huevos de oro y eso fue lo que hicieron con los del trabajadorinis, pero pudieron apreciar que tampoco eran de oro, aunque no perdieron la esperanza (la Aguirre no) y siguieron tocándoselos por siempre jamás amén. pepaherrero

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