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domingo, 11 de noviembre de 2012

AMIGOS HASTA LA MUERTE

Miguel y Bernardo, eran amigos desde la cuna, sólo que Miguel nació pobre y pobre sigue, Mientras que Bernardo, nació en cuna de plumas, tuvo nodrizas y estudió en los mejores colegios, su familia estaba orgullosa de la ciencia que de él emanaba. Cuando cumplió los veinticuatro años y volvió a la aldea, todos lo recibieron como a alguien muy especial. Bueno, todos no, Miguel, se alegró mucho de que su amigo Bernardo estuviese de regreso y se acordara de él. Hicieron planes los amigos y se propusieron salir todos los días de excursión, volverían a visitar los alrededores de la aldea y subirían como cuando de niños lo hacían, hasta lo más alto de las montañas. Los primeros días de su estancia, Bernardo tuvo muchas cosas que preparar, no quería dejar nada sin ver, haría todas las fotos que pudiera y prepararía unos bonitos reportajes, que quizá algún día, lo hicieran famoso. En la capital, compró cuerdas, botiquín, mochila, botas de montaña y en fin, se pertrechó de todo lo necesario, pronto volveré a ser el dueño de la montaña. Miguel, le propuso salir al día siguiente muy temprano, aunque al principio, no quería que las caminatas fueran largas, Bernardo le prohibió que tuviera con él, más atenciones, que las que le dedicaba, cuando apenas, eran unos niños. A las cinco de la madrugada, de común acuerdo, iba a ser la partida, a las seis, todavía no había llegado Bernardo, Miguel, lo fue a buscar a su casa, Bernardo, todavía estaba durmiendo y cuando lo despertó Miguel, Bernardo se enfadó y le hizo esperar un buen rato. La mochila de Bernardo, estaba a tope, todo lo necesario, lo había colocado meticulosamente Bernardo en ella. Cuando ya estuvo preparado Bernardo, le pidió a Miguel, que le ayudara a ponerse la mochila en la espalda, Miguel, no se rio, pero hizo ver a Bernardo, que no podría hacer aquella excursión, con la carga que llevaba, además de ser mucha, la mayoría de ella, era inútil. Pero Bernardo lo tenía claro y en los manuales de montañismo, así se lo aseguraban. Aunque al principio, Miguel había proyectado que pararían a desayunar en la cueva del águila, tuvieron que desistir, eran casi las diez y todavía faltaba casi la mitad de camino por hacer y eso que viendo como iba el pobre Bernardo, Miguel le hizo que le diera a él la mochila. Pararon en un arroyo, donde un agua pura y cristalina, corría entre guijarros, allí Miguel llenó su cantimplora y Bernardo, vaciando la suya, que había traído llena desde la aldea, hizo lo propio. Después del desayuno y de descansar un rato, los amigos remprendieron la marcha, pero si no conseguían acelerar el paso, no iban a poder llegar a la hora de comer, al punto que se habían marcado, por lo que si querían llegar a concluir la excursión, tendrían que hacer noche en la montaña. Bernardo desoyó los consejos de Miguel, pretendía llegar hasta la primera laguna y después, regresar a la aldea, dejando para otro día la excursión más larga, pero Bernardo, hizo prevalecer su casta y valor y pretendió hacer la excursión en aquel día, se olvidó hacerle el relevo de la mochila a Miguel, pero a pesar de eso, las fuerzas le abandonaban por momentos. Miguel le pidió que fueran hasta las carboneras, allí, aunque no había nadie, podrían aprovechar algo de lo que los antiguos carboneros dejaron y podrían pasar la noche, a lo que Bernardo se negó. Cuando Bernardo cayó exhausto, fue Miguel quien tuvo que cargárselo a la espalda y con un gran esfuerzo, llegar a la choza de los carboneros, Bernardo enfermó por el esfuerzo realizado y tuvieron que pasar tres días en aquella chabola, cuando se recuperó y se dio cuenta de la barbaridad que había cometido, le pidió perdón a Miguel, por haberlo obligado a hacer aquella burrada, Miguel había aprendido, que en la Universidad, no enseñan a andar por la montaña. pepaherrero

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