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martes, 9 de octubre de 2012

HOY LA DIADA, MAÑANA ¿QUE?

Cuando se lo dijeron a don Anselmo y a doña Luisa, al principio, no lo tuvieron claro, luego lo pensaron mejor, ¡y allá que se fueron! El viaje al principio, fue agradable, aunque para sus gustos, el autobús iba lleno de viejos, pero si no miraban hacia ningún sitio y se limitaban a escuchar el guirigay del autobús, se hacía más soportable la cosa, luego, se fue torciendo la excursión, conforme llegaron a Valencia el trafico se iba haciendo imposible, autobuses de todos los pueblos de las provincias valencianas, coincidían creando un atasco general, que debía haber sido previsto por los organizadores, pero al parecer, a estos, lo único que les interesaba, era poder decir, que a los actos, habían acudido…o más. A los pobres ancianos, no les supieron aliviar de los casi treinta grados que a las puertas de Valencia les agobiaban, tampoco parecía importar mucho, lo que ellos pudieran decir, su trabajo ya estaba hecho, lo de la paella y el día de asueto, sólo lo podrían disfrutar algunos privilegiados, los demás, tendrían que conformarse con un bocadillo de mortadela y un botellín de agua para todo el día, eso si cada tres horas, parada en la gasolinera convenida y tiempo para tomar “algo” quien se lo pueda permitir, la organización, no tiene nada que ver en todo esto. En algunos sitios donde pararon, se encontraron con el cartel en la puerta de los servicios “FUERA DE SERVICIO” algunos ancianos, lo tuvieron muy difícil, don Anselmo llegó a ver a unos pobres viejitos, de cara a las paredes más alejadas de la zona, desalojar sus hinchadas vejigas, con el fin de poder seguir sin dar un espectáculo en el autobús. Los conductores, después de cobrar la comisión acordada, con los propietarios, metían prisa a las ancianas personas, hasta casi la ofensa. Entre los ancianos que volvían a la paz de su hogar, se escucharon las quejas, a las que los organizadores, contestaron de manera soez y mal educada, don Anselmo, se puso colorado, cuando escuchó a aquel individuo amenazar con pedir documentos de identidad, para posteriores repercusiones. Mientras tanto en mis espaldas, mi marido tiene la televisión puesta en canal cuatro, en la que les están dando un pequeño repaso a los políticos que hasta ahora han sido y que junto con otros personajes artísticos hoy acusan de haberse llevado de común acuerdo, lo que había y lo que no había, al tiempo que les enseñaban el camino, a los políticos que luego llegaron. A fecha de hoy, no quieren admitir estos señores, herederos de aquellos descubridores, que el pueblo llano, esté hasta las cejas de políticos, politiquillos y politicastros (no he dicho “castraos ¡eh!” si no termina por desaparecer esta especie, si después salen los pro políticos, si no nace una nueva raza, capaz de gobernar con seriedad y sin despilfarros, si alguien no enseña que los dineros bien ganados, son dineros bien ganados y lo demás robos con agravantes, volveremos a los tiempos del Farwest y cada uno con sus dos Colts del cincuenta y ocho, impondrá su propia ley. Yo así, no juego. pepaherrero

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