Vistas de página en total

domingo, 9 de septiembre de 2012

AMORES QUE VAN LLEGANDO

Al doblar aquella esquina, no podía esperar Joaquina, encontrarse un amor, ella mujer pudorosa, decente y hacendosa, pensó ¡alguien lo ha perdido! Y lo quiso devolver, lo llevó a la oficina de objetos perdidos y no la quisieron atender…que usted entienda señora…que eso no puede ser…pero ella no entendía, ¡no!, no podía entender, si ella lo ha encontrado, otra lo ha tenido que perder. Lo llevó a la policía y al ayuntamiento también, más nadie se lo quedaba y yo no entiendo el porqué, cuando un objeto se pierde y lo quieren devolver, lo menos es dar las gracias y subirlo al anaquel, por si alguien lo reclama, que también pudiera ser. Y a nadie se le ocurrió, el preguntarle al amor…y señor, ¿usted quien es?. El pobre hombre miraba y no llegaba a entender, que por aquella chalada, nadie lo quiera coger. Cuatro días han pasado y todavía Joaquina, por devolver el amor, se llega hasta aquella esquina, si ve pasar a una señora, no se pierde la ocasión, perdón…perdone señora, ¿ha perdido usted un amor? La señora sorprendida le contesta con pudor, pregunte usted en otra esquina, por que allí ¿a lo mejor..? Al verla tan compungida, el cura le preguntó. ¿Qué busca doña Joaquina? ¿Le puedo ayudar yo? Y la buena de Joaquina, que también es religiosa, le ha pedido al señor cura, que la escuche en confesión. “acúsome, padre mio, de un pecado singular, que me ocurrió el otro día y no lo puedo callar, al volver aquella esquina un amor yo me encontré, como el amor, no era mio, yo lo quise devolver… Escuchola el señor cura, escuchola en confesión, y aun no viendo pecado, le hizo la reflexión, “pues si el amor, no es el tuyo y no lo has de aprovechar, déjaselo a tú vecina, ella lo aprovechará” alto ahí, quieto parao, por que si la Ley me ampara, ya lo tengo colocao, después del tiempo de espera, (no vaya a aparecer la dueña) y sin que nadie lo reclame, lo tomaré como mio y luego que Dios me ampare. Si es buen trabajador, si me cuida bien el cuerpo, si se afana en el trabajo y el sueldo me lleva lejos, quizás hagamos un trato, veremos al señor cura y pepaherrero, nos hará un retrato, nos lo haremos al pastel, que es mejor y por si acaso. Y después la ceremonia (de eso, el cura entiende un rato) nos tendremos que casar (para no estar en pecado) luego tendremos tres hijos, todo lo más hasta cuatro y será mio el amor que en la esquina he encontrado. pepaherrero

No hay comentarios:

Publicar un comentario