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lunes, 14 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN EN LA MANO

Así, te despedimos, mañana es el último día de tu exposición y como a todos, me ha sabido a poco, bueno, a poco no, yo hubiera querido poder ver tus obras durante mucho tiempo y es que doce días son nada para poder disfrutar de tu arte, como mínimo la exposición, debería de haber sido de un mes y aun así, a la asociación le habrían llegado por lo menos, las visitas que le han llegado con ella, durante estos días, a ti quizás te hubiera sido más rentable (en trabajo) ya que entiendo que el trabajo es el mismo para un día que para ciento y si me paro a considerarlo, ciento es la cifra que tu te mereces y la asociación también, pero aun así y todo, a los pobres mortales, nos seguiría pareciendo que tanto la asociación como el artista, habrían sido tacaños en el tiempo que nos dejaban disfrutar de algo que es más que probable, que nunca más, tengamos oportunidad de ver en nuestra sede. Don Jesús Lozano Saorin, caballero y señor, nacido en ese bonito pueblo de Jumilla, del que tú haces bandera y te sirve de orgullo verte entre los personajes punteros y predilectos del pueblo que te vio nacer. Yo en mis sueños de mujer aficionada a la pintura, podría llenarme de felicidad contando a mis nietos (si los tuviese) la historia de aquel Dios de la pintura, que un día bajó del país de los dioses, para hacernos ver y entender cual es la diferencia y es que aunque tu no te acuerdes, la primera vez que hablamos, desde el altar de tu saber, me diste la lección que sólo puede dar un gran maestro “tú lo único que tienes es que mirar una obra y si te gusta, eso es arte” con que pocas palabras, supiste expresar, lo que yo no hubiera sabido definir algo que de verdad es lo que se puede decir, para manifestar si lo que ves es bueno o no. Mi marido, estos días me ha estado esperando mientras yo asistía a las clases de otro maestro y me ha hecho participe de las conversaciones mantenidas contigo. Y si yo ya te admiraba y admiraba tu arte, tan sólo de escuchar de boca de él el respeto y admiración que en él has causado, me sirve para aumentar mi respeto hacia tu persona. A veces he leído lo que sobre ti escribe Don Ramón Palmeral y me he recreado en tu trabajo en la soledad de tu estudio y te he sentido disfrutar del mismo y creo que las horas invertidas en él no las cargas a tu debe, sino que las abonas en tu haber y así logras estar cerca de tus compañeros de las artes y desde el olimpo de los dioses haces que tu trabajo, se convierta en sueño y poesía. Quiero que estas humildes letras, te sirvan de homenaje de todos los socios de esta querida asociación y creo que sin necesidad de que nadie te lo diga, tú ves el cariño y el amor que despiertas en el trato con todos tus compañeros. Hasta pronto Saorin, si me lo permites, Saorín con acento, pues aunque tu apellido no lo lleve, tus amigos, te lo regalamos el primer día y con él te has quedado para siempre, lo mismo que con nuestro respeto y admiración, en nombre de todos, gracias por tú trabajo y por tú amistad.pepaherrero

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