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jueves, 12 de abril de 2012

"EL VIENTO"

Se cerró la noche y las almas puras abandonaron las calles de la ciudad, sólo quedaron los barrenderos haciendo su trabajo y algunos trasnochadores ya de vuelta a sus casas. El viento soplaba con fuerza, las palmeras se doblaban tratando de mantenerse firmes, aunque algunas eran arrancadas y sus raíces salían a tomar el fresco de la noche de abril. Almudena, salió de su oficina y apretando el paso, se encaminó hasta donde había dejado su Mini, la fuerza del viento, la despojó de su boina y su pelo se abrió dejando libre su melena rubia, el ruido de una teja rota asustó a la joven, quien subiendo a toda prisa en el coche, se encaminó a la zona de copas, donde había quedado con Javier para tomar un mojito, hoy era su cumpleaños y al parecer tenía mucho que ver con aquel día de hace veintidós años cuando nació y el viento también soplaba y como hoy llegó hasta a hacer mucho daño. Sonó el móvil de la joven y era Javier quien la llamaba para decirle que debido al fuerte viento, se le había puesto un fuerte dolor de cabeza, por lo que le pedía que lo perdonara y que mañana la llamaría, ella era consciente de que a Javier, estos días de viento lo ponían enfermo y además les tenía miedo, por lo que decidió dar una vuelta por el barrio y después marcharse a su casa, ya lo celebraría cuando Javier, se encontrara mejor. Pensó que no le vendría mal tomar un café antes de irse a la cama y se llegó hasta “la noche” a veces en aquel bar, algún cliente atrevido, se ponía al piano y con más o menos gracia, lo hacía sonar, le extrañó el silencio que había en el local, pero luego se dio cuenta, de que el piano estaba ocupado, un joven, con una voz suave y envolvente, estaba cantando una canción…caminito que el tiempo ha borrado…y recordó cuando ella recorría el caminito de la mano de Alberto, Alberto fue el primer amor que tuvo y al que nunca pudo olvidar, la barra estaba llena de gente, el humo de los cigarrillos hacían imposible ver nada, ella pensó en lo bonito que sería un mundo sin humos. Buenas noches Almudena ¿te pongo un mojito? ¡No! Gracias, si no te importa, prefiero tomar un café cortado, por qué ahora mismo estoy en la cama. ¿Quién es el que está al piano? No lo conozco, es la primera vez que lo veo por aquí. Ella lo escucha con embeleso, aquella voz…la música dejó de sonar por unos momentos, hasta que de repente volvieron a sonar aquellos arpegios, de nuevo las teclas de aquel piano, le hablaron al oído…la noche que me quieras…tomó su café y con el pulso acelerado, se acercó hasta el cantante-pianista. ¡Era él! Era Alberto y después de cuatro años, lo volvía a encontrar en aquel bar que si bien conocía, no era una parroquiana habitual, se apoyó en el hombro de Alberto y le dijo al oído…te quiero tonto… a Alberto se le quebró la voz, el piano calló y toda la gente del bar aplaudió, cuando Alberto y Almudena, se unieron en un beso enamorado. pepaherrero

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