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lunes, 5 de diciembre de 2011

POR EL CAMINO QUE LLEVA A BELÉN 2ª PARTE Y FIN

La semana se nos ha hecho muy corta, y de nuevo el camino de vuelta a casa, Celsa ha confeccionado bocadillos de jamón, como si tuviera que comer un ejército, aunque luego los niños, los hacen desaparecer como si no hubieran comido en su vida. A Celsa, la batidora que le ha llevado mi mujer, parece que le ha hecho ilusión y nada más llegar, le dijo, Carmen, antes de que os marchéis de nuevo, tengo que ser la que mejor maneje este trasto en todo Monachil. Manuel, no para de dar vueltas por toda la casa, sin saber qué hacer, pero si para y nos mira, sus ojos se llenan de lágrimas y para que no lo veamos, ronda y ronda y no para de cantar…(que tiene la Zarzamora…) pero si no nos vamos ¿Cómo vamos a volver? Como ya sabíamos que era un experto Internauta, entre los niños y yo, le habíamos regalado un portátil y creo que no hicimos buena elección pues me temo, que ni él ni los niños van a tener tiempo de hacer otra cosa, pero en fin…El camino nos espera y aunque el sol no me preocupa, el camino hay que hacerlo, después de muchos besos y abrazos, de recomendaciones para todos y de prometerles que pronto estaríamos de vuelta, la autovía se abrió de nuevo a nosotros y pensando en lo corta que se nos había hecho esta semana, los niños se durmieron y Carmen y Mariano, cantaban sotto voce “por el camino que lleva a Belén…” Cuando algo se cruzó con el coche y aunque la velocidad no era muy alta, frenó para tratar de no atropellar al conejo que se les había cruzado. Los niños dentro de sus sueños no se enteraron de nada, siguieron durmiendo y soñando con sus tíos Celsa y Manuel y lo bien que lo habían pasado. Echando el coche a la cuneta Mariano miró hacia atrás y vio que el pequeño animal que se le había atravesado en el camino, estaba acurrucado y sin moverse en la cuneta, poniendo las luces de emergencia, se dirigió a donde estaba, para ver que le había pasado y cuando llegó a su altura, se encontró con un pequeño Yorkshire Terrier, un poco más grande que lo que cabía en sus manos, al parecer no había sufrido ningún daño, tomándolo en sus brazos, le llevo el pequeño animal a Carmen, quien cuando lo vio, lo abrazó y ya no se lo pudo quitar de las manos, no viendo a nadie que pudiera ser su dueño, no tuvieron más remedio que llevarlo con ellos. Al llegar a Baza, lo llevaron al veterinario, para que viera si por el “chip” se pudiera saber de quién era el pequeño animal, el perro no lleva ningún “chip” por lo tanto, tendrán que hacerse ustedes cargo del mismo ¡YO! Y por qué yo y cuando miré los ojos de Carmen, supe que Dios nos había dado otro hijo más. Lara y Pancho lo tuvieron claro “es nuestro nuevo hermano” y parecía que cada uno quisiera para sí la mitad del chucho del que nunca se separarían. A la hora de buscarle un nombre hubo unanimidad, por la canción que cantábamos cuando lo encontramos, por las fechas que se avecinaban y por estar todos de acuerdo, su nombre fue BELEN y aunque tomamos el camino para ir a casa, tomamos EL CAMINO QUE LLEVA A BELEN. pepaherrero

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