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martes, 15 de noviembre de 2011

MACAEVA 2ª PARTE

Después de la cena, dijo a su madre que iba a salir. Al principio le cogió por sorpresa, no era normal que sabiendo cómo estaba la situación, la niña no lo pensara, pero la verdad es que su hija, bien sabía lo que hacía y si quería salir, lo tenía bien merecido. ¡Ya saldremos como podamos! A las diez de la noche, pasó a recogerla Fernando, el espectáculo comenzaba a las diez y media, Fernando siempre tenía la habilidad de hacer que su boca se soltara y dirigiéndose a ella le preguntó ¿es cierto que van a despedir a gente de tu empresa? Ella sin pensárselo dos veces le dio un pellizco en el brazo por cotilla, tratando de hacerle ver que la cosa no tenía importancia, pero las lágrimas ya caían de sus ojos! Fernando le dijo”, estoy desesperada, sabes que hasta ahora, la única que aporta a la casa algo jugoso, soy yo y si nos tiran a la calle, lo vamos a pasar muy mal…No pudo terminar de decirle lo que quería, Fernando dos palmos más alto que ella, la cogió del cuello y como si de un luchador de lucha libre se tratara, sin soltar la presa le dijo, escucha guapa, hace doce años que te conozco y nunca te has venido abajo ¿y esta noche sí? Pues mira lo que te digo, estate callada un poco, que ya están aquí los chicos y va a empezar la función, luego cuando te lleve a tu casa ya hablaremos.
La noche fue como se esperaba, del monologuista dijeron que estaba loco, que tenía que estar en la cárcel y otras lindezas por el estilo. Macaeva, se divirtió de lo lindo y cuando dieron por terminado el espectáculo, le supo a poco, le hubiera gustado…Una noche sin final, Fernando, más pendiente de su amiga que del actor, no se enteró mucho del espectáculo y se le hizo larguísimo, que el tío pesado aquel terminara de hacer su trabajo. Como algunas veces, cuando salieron y después de despedirse del resto de los amigos, que todavía comentaban con voz en grito, todas las burradas que a aquel joven dijo logrando que la gente se riera durante las dos horas que duró el espectáculo, Fernando condujo el coche en dirección a su casa y Macaela le dijo que no, hoy me sería imposible estar con ningún hombre, mi moral está demasiado baja y eso puede ser contagioso, pero Fernando no le hizo ningún caso, ¡tú no te vas a tu casa, hasta que hablemos (y a lo mejor, no poco) a Macaela al parecer la noche de risas y fiesta, le ha servido de revulsivo y de nuevo la tristeza le invade, Fernando trata de abrazar a su amiga, pero ella sólo piensa en su dolor por no poder ayudar en su casa. Al parar el coche, aprovecha para salir corriendo en dirección a su casa (que no queda lejos). FIN 2ª parte de 5.-pepaherrero

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